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10 IDEAS FALSAS SOBRE FINLANDIA Y LA EDUCACIÓN

Cerebro aprendiendo

Los finlandeses se guían por la filosofía de “menos es más”.

FALSO: Finlandia es el país que más invierte en educación 

A nivel mundial, Finlandia ocupa la posición 23 en cuanto a financiamiento de la educación en relación al PIB: 7.2% (Informe de Desarrollo Humano 2016)

Destina a la educación el 11.2% del gasto público, desde la inicial a la superior, incluyendo a esta última (el Ministerio de Educación y Cultura se ocupa de todo el sistema). En los países de la OCDE el promedio es 12% (OECD, Education at a Glance 2015).

La educación se ofrece de manera gratuita (con dinero proveniente de los impuestos, que son altos), incluyendo transporte y provisión de un almuerzo caliente diario a todos los estudiantes (en la educación secundaria superior los textos no son gratuitos).

Países con rendimientos escolares muy inferiores a los de Finlandia, y sin educación gratuita, tienen presupuestos educativos mucho más altos. Un caso claro es EE.UU.

FALSO: El secreto está en más tiempo (de enseñanza, de aprendizaje, de ayuda)

Finlandia es el país de la OCDE con menos tiempo dedicado a la educación escolar. Calendario de 180 días, jornadas diarias cortas, menos horas de clase, menos deberes.

Un profesor enseña en promedio 600 horas por año, 4 horas diarias o menos. (Un profesor en EE.UU. enseña 1.080 horas al año, 5 ó 6 clases diarias).

La escolarización se inicia a los 7 años de edad. Hasta entonces, la prioridad es el juego.

Se prefiere menos tiempo de clase, más recreos y más largos (75 minutos de recreo en total).

La hora de la comida debe ser pausada, placentera, sin prisa.

Finlandia es el país que menos deberes envía, según la OCDE. Pocos deberes, más tiempo libre para jugar, hacer actividad física, aprender fuera de la escuela, estar con la familia y los amigos.

Padres y madres finlandeses son, después de los japoneses, los que menos tiempo dedican a ayudar a sus hijos e hijas con la educación escolar (3.1 horas a la semana, en promedio). (Global Parents’ Survey, Varkey Foundation, enero 2018).

FALSO: Se usa mucha tecnología para la enseñanza y el aprendizaje

El sistema educativo finlandés confía fundamentalmente en las capacidades y el expertise de los profesores. La fortaleza de la educación finlandesa está en la pedagogía, no en la tecnología. Las tecnologías están al servicio de la pedagogía, no al revés.

Finlandia está de vuelta de muchos espejismos creados por la tecnología en las últimas décadas. Ratifica la importancia de escribir a mano y de leer en papel, de no sucumbir al teclado y a las pantallas.

Las TIC no están confinadas en laboratorios informáticos. Están incorporadas a las aulas y a otros espacios de aprendizaje dentro de los planteles escolares.

FALSO: Hay una gran infraestructura escolar

Finlandia tiene cerca de 5.000 instituciones escolares. En los últimos años se han construido algunos edificios nuevos, con arquitectura escolar siglo XXI.

La mayoría de los edificios escolares tiene 50 años de vida y el diseño arquitectónico convencional organizado en aulas y corredores, hoy considerado obsoleto. 35% de ellos necesita reparaciones urgentes. Hoy lo que se plantea no es construir nuevos planteles para sustituir a los existentes sino hacerles adecuaciones a fin de convertirlos en planteles modernos.

La clave está en la organización y el uso del espacio, en la creación de ambientes de aprendizaje abiertos, flexibles, estimulantes, informales. Todo apunta a generar colaboración, trabajo en grupo y entre pares, dentro y fuera de las aulas.

Aunque no existe una normativa nacional respecto del tamaño de la clase, los grupos son generalmente pequeños (máximo 20 alumnos por clase) a fin de facilitar la interacción y la enseñanza personalizada. Se insiste en esto sobre todo para los primeros grados.

FALSO: Se selecciona a “los mejores alumnos” (los que tienen mejores calificaciones) para la docencia

“Los mejores” no son necesariamente los que tienen mejores calificaciones o más títulos.

En la selección de los futuros docentes se valora la motivación, la actitud hacia el aprendizaje permanente, el amor por la lectura, el pensamiento crítico, la creatividad, las habilidades artísticas y de comunicación, el talento musical, el conocimiento de idiomas, valores como la empatía, la perseverancia y el compromiso social.

Una vez en el ejercicio de la docencia, los docentes gozan de gran autonomía para conducir sus clases y tomar decisiones en torno al currículo y la pedagogía así como en la relación con los padres de familia.

FALSO: Finlandia es el país que mejor paga a sus profesores 

Los profesores en Finlandia ganan 5 puntos porcentuales menos que el promedio en los países de la OCDE. Asimismo, dentro de Finlandia, los profesores ganan menos que otros colectivos profesionales con un nivel similar de educación (por ejemplo médicos y abogados). Los profesores de educación inicial tienen los salarios más bajos.

La clave del buen desempeño docente no es el incentivo económico. Hay otros factores que explican su gran motivación por la enseñanza y su profesionalismo.

Los profesores finlandeses son cuidadosamente elegidos, formados con altos estándares de calidad y socialmente respetados. Gozan de gran autonomía en su trabajo. La sociedad confía en ellos. Tienen un sentido de valía y realización personal.

FALSO: Los profesores no están sindicalizados

Más del 90% de los profesores finlandeses están sindicalizados.

El sindicato docente OAJ es fuerte y es un actor fundamental de la educación y de la reforma educativa. Tiene más de 120.000 miembros e integra todos los niveles del sistema, desde profesores de educación inicial hasta profesores de educación superior.

OAJ hace sus propias investigaciones y análisis, participa de manera permanente y activa en las deliberaciones en torno a las decisiones de política educativa y asume un rol crítico y propositivo en relación a éstas.

FALSO: Finlandia aplica pruebas estandarizadas

Finlandia no cree en las pruebas estandarizadas y las rehuye. Aplica una sola prueba estandarizada a los estudiantes al final de la educación secundaria.

La preocupación principal del sistema educativo es el aprendizaje, no los puntajes. Enseñar para aprender, no para sacar buenas calificaciones. Menos tiempo dedicado a pruebas, más tiempo dedicado al aprendizaje. Cada profesor o profesora evalúa de manera permanente el aprendizaje de sus alumnos y está alerta para identificar problemas y darles solución oportuna. La repetición está prácticamente abolida.

No existe un sistema de evaluación docente. A los profesores no se les aplica pruebas.

FALSO: Finlandia establece y publica rankings escolares

Finlandia fomenta la colaboración, no la competencia entre alumnos, entre profesores, entre escuelas. Consecuentemente, evita los rankings.

No publica resultados de aprendizaje ni a nivel de las escuelas ni a nivel de la educación superior.

El objetivo de los finlandeses nunca ha sido ser el mejor sistema educativo del mundo, ni siquiera de Europa; solo ser el mejor sistema que pueda ser para los estudiantes finlandeses.

FALSO: Finlandia está satisfecha con su sistema educativo

Pese a su buen desempeño en PISA y a sus altos indicadores en muchos ámbitos económicos, sociales y culturales, Finlandia está siempre insatisfecha, buscando mejorar la educación para hacerla más pertinente y significativa para los alumnos.

Entre otros, actualmente está empeñada en una reforma curricular de la educación básica, revisando el uso de las tecnologías digitales en la educación, repensando la educación inicial así como la educación técnica y vocacional, desarrollando la educación terciaria, ampliando el aprendizaje de idiomas extranjeros, buscando hacer más accesible el arte y la cultura en las escuelas, y creando nuevos entornos de aprendizaje.

Rosa María Torres del Castillo

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